Recupera tus técnicas de estudio: desempolva los libros!

La UNESCO publicó en 1976 una definición sobre la educación de adultos, en la que afirmaba que en este proceso de aprendizaje, la persona desarrollaba sus aptitudes, enriquecía sus conocimientos y mejoraba sus competencias técnicas y profesionales. Es con esta visión con la que debemos plantearnos volver a hincar los codos pese a los miedos o prejuicios que asaltan a muchas personas cuando se plantean volver  estudiar a determinada edad.

No existe una edad específica para estudiar, todo depende de los límites que cada persona acote a su alrededor. Debemos dejar a un lado la actitud negativa y ampliar sus horizontes de conocimiento.

Los expertos señalan que el principal requisito es la propia voluntad, que sea el mismo individuo el que tome la decisión de formarse. Las ventajas de aprender de nuevo son numerosas: aparte de la satisfacción personal de hacerlo, aprender siempre nos reporta un plus como persona y como profesional, podemos ascender en nuestro puesto de trabajo o encontrar un empleo si es que no disponemos de él.

También nos puede servir para reciclar nuestros conocimientos y aportar algo nuevo a la empresa. Conocer nuevas técnicas, desarrollar nuestras habilidades directivas, aprender hasta dónde podemos llegar gracias al coaching o utilizar herramientas de trabajo que nos ayuden a ser más productivos y a capacitarnos para realizar más tareas, etc.

Pedagogos y psicólogos coinciden en atribuir el cambio de roles a la necesidad de formación de muchos adultos. El hecho de pasar de un estado a otro, por ejemplo de empleado raso a responsable o de trabajador a desempleado, despiertan en el ser humano inquietudes por aprender que antes no tenía porque no las necesitaba. Estos cambios, tanto los positivos como los negativos, enriquecen a la persona y amplían sus experiencias vitales.

La formación dirigida a los adultos, persigue fines diferenciados a los de la educación tradicional. Los expertos aseguran que se busca en los adultos la capacidad de influir en los hechos, en el entorno y sobre las experiencias. Las necesidades de la formación de adultos están hoy cubiertas por una cantidad importante de cursos dirigidos a estos colectivos. Cursos de especialización, masters y postgrados, formación a distancia o semipresencial.

Lo importante para escoger el curso que necesitamos es tener claras nuestras necesidades y las expectativas que esperamos cubrir. Muchos centros de formación disponen hoy en día de orientadores que pueden ser de ayuda para focalizar las necesidades y escoger el tipo de formación que mejor nos va.

Volver a estudiar, la decisión está tomada

Tomar las riendas y volver a estudiar es una decisión personal y voluntaria a la que nadie debe sentirse obligado. Si bien, para reforzar la actitud positiva frente al estudio siempre es preferible y aconsejable que nuestro entorno nos apoye. Familia, amigos o compañeros de trabajo siempre animan a la superación personal y contar con su complicidad en algunos casos será de mucha ayuda.

Algunos estudios apuntan que cuando los adultos deciden regresar a los estudios predomina en ellos una actitud de inseguridad, pese a que están acostumbrados a tomar decisiones. La propia iniciativa y el respaldo de nuestro entorno nos permitirá superar esta barrera inicial; seguir una serie de pautas y ser disciplinados con nuestro propósito nos dará resultados satisfactorios rápidamente para motivarnos a seguir.

Por otro lado,  distribución de tareas cotidianas de un adulto no son las más propicias para embarcarse en la aventura de estudiar. A diferencia de muchos jóvenes, los adultos tienen responsabilidades que atender como la familia o el trabajo. Para poder llevar a cabo nuestros estudios deberemos replantearnos los horarios que rigen nuestro día a día y esforzarnos por alcanzar nuestros objetivos sin dejar de prestar atención a otros aspectos importantes de nuestra vida.

Hacer una lista de prioridades y adaptar el horario a la nueva situación es algo imprescindible si queremos hacer una buena gestión del tiempo. Tenemos que ser realistas también, marcarnos unos objetivos asequibles y si es necesario pedir ayuda o delegar tareas que puede hacer otra persona. No es recomendable ocupar todo nuestro tiempo con obligaciones, es importante que destinemos un tiempo a nuestro disfrute y relajación. Desconectar de la monotonía siempre permite encarar después las cosas con más fuerza y claridad.

Cómo recuperar el hábito de estudio: 5 pautas para volver a estudiar

Es cierto que con los años asimilar información nueva resulta más complicado, pero con la edad también aumenta nuestra capacidad de comprensión y razonamiento. Teniendo en cuenta que cada persona aprende de una manera distinta, debemos plantearnos nuevas técnicas de estudio potenciando nuestras nuevas capacidades de aprendizaje.

Elige tu técnica de estudio: la repetición escrita u oral de los temas de estudio puede ser efectivo para algunas personas. Pero en adultos suele ser más efectiva la lectura del texto y la posterior redacción del contenido con las reflexiones personales sobre ello. Eso nos permite entender mediante la lógica los conceptos nuevas que estudiamos y plasmarlos en un texto para posteriores repasos. La coherencia de estos textos y la relación causa efecto son conocimientos que se asimilan con más facilidad y difícilmente se olvidan.

Haz esquemas: por último y para organizar ideas siempre es útil realizar esquemas conceptuales que nos permitan organizarnos un mapa de ideas de un simple vistazo.

Empieza con períodos cortos de estudio: coger el hábito de estudiar es complicado. Para habituarnos de nuevo es bueno empezar con períodos cortos de estudio, de entre 20 y 30 minutos e ir alargándolos. También nos será útil marcarnos objetivos, es decir, delimitar la materia por sesiones.

Descansa: cuando alargamos el período de estudio debemos tener en cuenta que aproximadamente cada 40 minutos debemos hacer una pausa. Levantarnos, andar, tomar un vaso de agua o un tentempié, acercarnos a una ventana y que nos de el aire nos irán bien para despejarnos y continuar. No aproveches estos descansos para realizar tareas programadas, llamadas de teléfono o ver la televisión, te distraerán y te harán perder la concentración.

Sé disciplinado: empezar algo nuevo siempre resulta estimulante, pero a veces la mala gestión de la situación nos puede desanimar y hacer abandonar nuestro propósito antes de hora. Ser disciplinados con nosotros mismos nos hará lograr el objetivo que nos marcamos al principio: aprender, desarrollarnos y mejorar.

Portada: Formación para mayores. No hay edad para estudiar!

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