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Un profesor es la persona que se encarga de la evolución y el desarrollo de uno o más estudiantes. La docencia va más allá de la distribución de conocimiento académico, ya que los profesores también tienen que empaparse de los pensamientos y las acciones de los alumnos, con el fin de poder optimizar la interacción con ellos.
El perfil más óptimo de un profesor es aquel que posee una mente abierta, paciente, con sentido del humor y comprensivo. Muchas personas no solo lo hacen por vocación, también influyen otros aspectos como: empleo estable, movilidad geográfica y unas largas vacaciones.
En este artículo vamos a detallar las 5 características que debe tener un profesor:
– Mente abierta
Debemos saber adaptarnos perfectamente a todos los obstáculos que nos encontremos, sobre todo al principio de la carrera. La adaptación y el aprendizaje son dos de los factores esenciales que debe poseer un buen docente. Tenemos que ser dedicados en nuestra labor, los maestros eficaces se hacen a través de los años.
– Flexibles y pacientes
En una clase, las interrupciones por parte de los alumnos son algo habitual, tenemos que ser flexibles y pacientes, no solo para disminuir nuestro nivel de estrés, sino para poder llegar a controlar cualquier situación que se pueda originar. Una persona alterada, difícilmente podrá calmar a otra persona alterada.
– Dedicación
Como he dicho anteriormente, una de las ventajas de ser profesor son sus largas vacaciones. Pero hemos de ser dedicados en nuestra labor, aprovechando estas vacaciones para asistir a seminarios con el fin de aumentar nuestros conocimientos y poder aplicar nuevos métodos y estrategias en nuestras clases.
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– Positividad
Una actitud positiva nos permitirá establecer una comunicación mucho más fuerte con nuestros alumnos. También nos ayudará a actuar ante distintos problemas de nuestros alumnos, producidos en la clase o fuera de ella.
– Grandes expectativas
Un maestro eficaz debe tener grandes expectativas con los alumnos. Esto nos ayudará a motivarlos día a día, con el objetivo de que logren superar sus impedimentos y consigan evolucionar académicamente de una forma constante.
En conclusión, estos factores que hemos detallado son sólo algunos de los que pueden ayudar a los profesionales de la educación a hacer mejor su trabajo. Siempre es positivo ser consciente de aquellos puntos en los que tenemos que mejorar.
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