La integración laboral de la mujer y el progresivo envejecimiento de la población española ha provocado que aumente la demanda de profesionales para servicios de calidad de vida.
Durante los próximos tres años, España necesitará más de 650.000 nuevos empleos para mejorar la calidad de vida de personas dependientes y enfermas. Se estima que la demanda de estas profesiones aumente en un 9,6 para el próximo año 2013, según datos de la Asociación Española de Servicios a la Persona (AESP).
El aumento de la demanda hace necesaria la regulación laboral y fiscal del sector, ya que se estima que se podrán desempeñar más de 300.000 servicios en este sector. La formación de profesionales en ámbitos como la ayuda a domicilio o el cuidado a personas dependientes representa una buena opción de futuro debido a la demanda del sector.
El presidente de la AESP, Javier Benavente, ha constatado que el envejecimiento de la población española «está provocando la urgente necesidad de tomar medidas encaminadas a regular todas las actividades relacionadas con la calidad de vida y la salud».
La Ley de Dependencia establecida en 2006 permitirá crear puestos de trabajo no deslocalizables, muy necesarios para satisfacer la demanda de los próximos años en este sector. Benavente ha lamentado sin embargo que «en vez de fomentar un empleo estable y de calidad, lo que está consiguiendo es potenciar el desarrollo de la economía sumergida».
Según estimaciones de la Asociación Española de los Servicios a la Persona se prevé atender a 1,5 millones de ciudadanos en 2015, a través de la Ley de dependencia. Estos servicios crearán cerca de un millón de puestos de trabajo, subcontratados con empleados privados en un 30 por ciento.
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