Cómo hacer un buen Currículum I – Los trucos básicos

No importa cuánto hayas estudiado, cuántos títulos tengas o cuán larga sea tu experiencia laboral. Si no sabes hacer un currículum, estás perdido. Las empresas siguen basándose en el Currículum Vitae para hacer la primera criba de candidatos. Que esa hoja de papel con tus datos termine en la papelera o te abra las puertas de una entrevista depende, en gran medida, de ti.

Preparamos dos artículos con consejos para que tu currículum sea todo un éxito. En el de hoy te recordamos normas que siguen tan vigentes ahora como hace diez años. En el próximo, abordaremos algunos aspectos que han cambiado desde la implantación de la web 2.0.

Siempre personalizado

Está bien tener preparado un currículum genérico para emergencias, pero no vale eso de imprimir 200 copias y repartirlas por las recepciones de tus 200 multinacionales favoritas. Cada puesto requiere unos conocimientos y habilidades específicos y, aunque tu experiencia es una, hay muchas maneras de decir las cosas.

Si redactas tu currículum pensando en la empresa o la oferta concreta a la que te diriges, tus posibilidades de triunfar se multiplican. Describir una función similar a la que piden, dedicar más o menos espacio a los idiomas, definirte de una manera o de otra… pueden ayudarte a dar en la diana. Además tu currículum denotará verdadero interés por el puesto. Eso sí, no vale mentir.

Siempre sincero

Venderse es una cosa, exagerar es otra. Debemos valorar nuestro trabajo y nuestros conocimientos a la hora de redactar nuestro currículum y transmitir seguridad en nosotros mismos. Es importante saber destacar nuestros puntos fuertes y hacer que el lector los perciba. Pero también debemos estar dispuestos a demostrar todo lo que afirmamos en el currículum. Si nuestro nivel de idiomas o nuestros conocimientos sobre un área específica no son los requeridos para el puesto, nos desenmascararán en los primeros diez minutos de entrevista. Y será embarazoso. ¿Para qué perder el tiempo?

…Si breve, dos veces bueno

Un currículum de manual debería ocupar una hoja DIN A 4. Es una norma difícil de cumplir, pero hay que tenerla siempre en mente. Si dispones de muchos títulos o una experiencia muy dilatada, puedes permitirte dos páginas, pero tres o más es excesivo. Procura sintetizar y destacar tus logros más importantes. Nuestro objetivo no es aburrir al seleccionador, sino interesarle. No seas parco en exceso, pero tampoco le des todos los detalles: ya te los preguntará en la entrevista.

Si, por el contrario, tienes poco que decir, no añadas información de relleno: se nota en seguida. En cambio puede ser útil escribir una línea junto a cada uno de tus títulos, cursos o puestos de trabajo anteriores, explicando qué aprendiste en cada uno o cuál fue tu logro principal. Algo en apariencia tan simple como un trabajo de dependiente puede haberte servido para agudizar tus habilidades comerciales y tu sentido de la atención al cliente, por ejemplo.

Sobrio, pero gráfico

Un seleccionador de personal tiene que consultar decenas, a veces centenares, de currículums al día. Tenlo claro: no va a dedicarle al tuyo el mismo tiempo y cariño que le has dedicado tú. Es importante que tu currículum sea fácil y agradable de leer. Su destinatario ha de encontrar rápidamente la información que busca, en sólo una ojeada. No intentes aprovechar el espacio de cada hoja al límite: estructura bien la información, deja generosos espacios en blanco entre apartados, utiliza negritas y viñetas para destacar lo más importante.

Eso sí, siempre con elegancia. Recurrir a letras de colorines, emoticonos o tipografías exóticas dice poco en favor de tu seriedad. A no ser que el puesto sea de diseñador gráfico y tengas experiencia en ese terreno, una Arial o una Times New Roman en tinta negra son más que suficiente.

Ojo con la ortografía

Hoy en día cualquier procesador de textos dispone de un corrector ortográfico. Vale la pena usarlo, porque, aunque todo el mundo puede cometer un error, en este caso un error te pondrá en evidencia ante tu futuro jefe, no sólo por las carencias culturales que implica sino, sobre todo, porque delata tu falta de esfuerzo. Si no te tomas la molestia de dedicar cinco minutos a revisar la ortografía, ¿cómo va a fiarse de que pongas empeño en tu trabajo?

Empieza por lo más importante

Los periodistas siempre escriben la parte esencial de la noticia al principio, ¿te has fijado? ¡Por algo será! Piensa en tus puntos fuertes y decide cuáles han de ser tus propios titulares. Todo currículum debe empezar por tus datos personales, está claro, pero a partir de ahí el orden puede variar según tu estrategia.

Si acabas de graduarte con buena nota o has realizado un prestigioso MBA, el apartado de formación debe ser lo primero que lean en recursos humanos. Si cuentas con diez años en activo y una carrera ascendente, no hay duda de que tu experiencia es tu mejor baza. En ocasiones te interesará destacar los clientes finales de tus proyectos, si éstos son más conocidos que la empresa que te contrató. Los idiomas y las habilidades informáticas suelen dejarse para el final, pero no es una regla inamovible: si hablas mandarín, cantonés y coreano y la empresa en la que quieres trabajar tiene intereses en oriente, ese puede ser el dato que decante la balanza a tu favor. Asegúrate de que lo vean.

No dejes de formarte

Si hace más de tres años que no recibes formación de ninguna clase, es hora de ponerse al día. A los responsables de personal les gustará leer que tienes un posgrado y varios cursos, pero todavía les gustará más saber qué estás estudiando ahora. Si es formación útil para tu carrera, mucho mejor, pero tampoco la omitas si se trata de un curso de cerámica o de danza del vientre. Sabrán que eres una persona inquieta y activa, que no se cansa de aprender.

[busqueda cursos=»recursos humanos, MBA, master, posgrado, desarrollo personal»]

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