¿Cómo dirigir una compañía? Sigue estos consejos y mejora tus habilidades directivas

Conseguir que los empleados estén motivados, haya buen ambiente, comunicación entre trabajadores y una mayor implicación y productividad es el objetivo de todo directivo pero llegar a ello manteniendo un equilibrio es más complicado de lo que parece… hasta ahora. Porque Geoffrey James, de la publicación INC Magazine, ha entrevistado a grandes managers y les ha preguntado cómo dirigen sus compañías.

De esta reunión ha extraído una serie de conclusiones sobre de qué manera entienden estos grandes directivos la dirección de la empresa y la gestión de equipos. En Iberestudios te traemos estas ocho recomendaciones para que puedas implementarlas cuanto antes.

–         Una empresa debe actuar como una comunidad, no como una máquina. Según estos expertos entrevistados, el directivo medio entiende a su compañía como una maquinaria en la que los empleados representan a las piezas. Partiendo de esta base crean estructuras rígidas que les garantizan el control. Este no es el camino, según la publicación de INC Magazine. La experiencia de los managers entrevistados dice que si se ve a los empleados como un colectivo con sueños y esperanzas, será mucho más fácil entender que forman parte de un todo y tienen un objetivo común.

–         Los trabajadores son colegas, no hijos. Hay veces en que el líder no puede evitar actuar en tono paternal pero es una conducta que debe impedir por el buen funcionamiento de la empresa. Tener una visión de los empleados como seres inmaduros e inferiores que no pueden trabajar sin estar supervisados es un error. Esto lo único que hará es ralentizar el trabajo del jefe, que debe supervisarlo todo, y mostrar desconfianza hacia la plantilla, que cada vez se implicará menos. INC Magazine indica que si el manager trata a los empleados de tú a tú y les trata como figura clave en el proceso del cual es responsable, los empleados se sentirán valorados y actuarán para estar a la altura de las circunstancias.

–         El management no es un mecanismo de control. Un “veremos a ver qué opina el jefe” ante cualquier iniciativa del empleado hará que a la larga éste no ofrezca más posibles soluciones. Los jefes que entienden el management como una manera de controlar a su plantilla quieren que los trabajadores hagan exactamente lo que les pide, sin tener en cuenta la opinión o la iniciativa del empleado. Craso error. Permitir al empleado establecer sus propias reglas de trabajo, interviniendo únicamente cuando es necesario, es la senda a seguir.

–         Motivación por convicción, no por miedo. Motivar amenazando con perder el puesto de trabajo, a dejarlos en ridículo delante del resto de compañeros o con perder privilegios no solo no hace que los empleados se impliquen más, sino que tiende a paralizarlos. Trabajar bajo la presión de unas posibles consecuencias si no se llegan a los objetivos, lejos de motivar, desmotiva y hace que los trabajadores dejen de innovar y ofrecer alternativas. Lo mejor es inspirar a los empelados, generando canales de comunicación y hablando del futuro de la empresa en la que ellos forman parte.

–         La compañía es un ecosistema. No un campo de batalla, así que interpretar el trabajo como una lucha contra otros departamentos, grupos, empresas, clientes, etc. no hará otra cosa que crispar el ambiente y que se trabaje mejor. Un ambiente de comunicación, relajado y sin crispación hace que se trabaje mucho más a gusto y se rinda más.

–         La tecnología está para facilitar las cosas, no para robotizar a las personas. Es cierto que la tecnología aumenta la predictibilidad pero si un directivo la usa únicamente para controlar a sus empleados no estará haciendo buen uso de ella. Las entrevistas de Geoffrey James indican que un buen jefe usa la tecnología para liberar tareas pesadas, mejorar la creatividad de las personas y mejorar las relaciones horizontales entre ellos.

–         El cambio es sinónimo de crecimiento. Aunque la mayoría de directivos lo asocie más al dolor. No debe ser así ya que, aunque un cambio se vea como algo amenazante, es algo que no podremos evitar. Una buena actitud y una buena comunicación, es básica para lograr superar el cambio de la mejor manera posible.[relacionados align=»left»]Otros contenidos de este reportaje[/relacionados]

–         El trabajo ha de ser divertido. Hay jefes que actúan haciendo que el trabajo sea un mal necesario. Un gran superior debe usar sus habilidades directivas en motivar a sus empleados dentro de un ambiente distendido y de diversión. Unos trabajadores que se divierten en su puesto rinden más y se implican más, mientras que aquellos que actúan bajo su voluntad, solo porque lo dice el jefe o en un clima de represión y miedo, acaban por desmotivarse. Un gran líder es aquel que es capaz de ubicar a las personas allí donde rinden más y rodeados de aquellos con los que mejor trabaja.

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