Coaching: entrenamiento para la carrera profesional

Cuando un atleta bate un récord es su nombre, y sólo el suyo, el que salta a las portadas de los periódicos. Sin embargo ningún deportista de élite, por muy individualista, autoexigente o disciplinado que sea, es capaz de llegar tan lejos sin ayuda. Detrás de todo campeón hay un buen entrenador, la persona que enseña al atleta a dar en todo momento lo mejor de sí mismo.

Si hasta Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, necesita un entrenador para lograr sus objetivos, ¿por qué no va a utilizarlo también un empresario, un profesional o un artista?

Esta es la premisa de la que parte el coaching personal y profesional, una nueva disciplina de asesoramiento que está triunfando en todo el mundo.

¿Qué es el coaching?

El coaching es un conjunto de técnicas que se utilizan para guiar a una persona , con el fin de ayudarle a alcanzar un objetivo determinado o a desarrollar una serie de habilidades.

También se puede aplicar el coaching a grupos, del mismo modo que es posible entrenar a un equipo de fútbol. En este caso, el énfasis se pondrá en el trabajo en equipo, más allá de la suma de mejoras individuales.

¿Cuándo recurrir al coaching?

El coaching es una técnica ideal para los momentos de cambio o de crisis. Muchas personas recurren a un coach cuando sienten que su vida debe dar un giro y todavía no saben hacia dónde. Puede tratarse de algo personal (una separación, búsqueda de pareja o de nuevas amistades, un cambio de hábitos…) o profesional: cambiar de sector, reorientar una empresa, conseguir un puesto directivo…

En otras ocasiones el coachee, o entrenado, sabe perfectamente cuál es la meta que desea alcanzar, pero necesita trazarse un plan estratégico para lograrlo. Del mismo modo que el entrenador personal de un gimnasio nos daría una pauta de alimentación y ejercicios, el coach asumirá el proyecto como propio, nos ayudará a planificarlo y a completar cada una de las fases.

¿Cómo funciona el coaching?

Aunque también se declara deudora de las tesis de Heidegger, el coaching es una técnica socrática. ¿Qué significa esto? Pues que todo el conocimiento está dentro del propio cliente o coachee.

Hay dos preguntas básicas que todo coachee se hace:
1.- ¿Qué debo hacer con mi vida / carrera / empresa?
2.- ¿Cómo lograrlo?

Pues bien, es el propio asesorado quien dispone de la información más valiosa para responderlas. Sin embargo, necesita que otra persona le ayude a hallar las respuestas. Es lo que Sócrates denominaba mayéutica: el arte de ayudar a parir ideas y decisiones.

Además, el coaching se basa en técnicas conductuales. Una sesión de coaching no es una tertulia donde dar vueltas y más vueltas a una teoría, sino una reunión práctica donde se marcan objetivos concretos y se valora el trabajo realizado hasta la fecha.

En esencia, el proceso de coaching se lleva a cabo en 6 etapas:

1.- Observación: El coachee expone el motivo que le ha llevado a solicitar la sesión. El entrenador observa sus hábitos, creencias, conductas, aptitudes, habilidades desarrolladas (sea o no consciente de ellas el propio coachee), etc…

2.- Toma de conciencia: A partir del proceso de observación del coach, el asesorado empieza a ser consciente de los límites que sus propias costumbres y creencias le imponen, de los puntos fuertes a potenciar y de las oportunidades que puede aprovechar.

3.- Determinación de objetivos: Saber qué queremos conseguir exactamente es el punto de partida para alcanzar nuestras metas. Los objetivos no han de ser genéricos, sino absolutamente precisos y mesurables: debemos ser capaces de ponerlos por escrito y de comprobar objetivamente si se están cumpliendo. Todas nuestras decisiones posteriores se basarán en ellos. El coachee podrá identificar y desechar aquellas elecciones o actitudes que le alejan de los objetivos que se ha marcado.

4.- Acción: El proyecto personal del coachee se divide en fases o subobjetivos. Con ayuda del coaching, que estará presente en todo el proceso, se determinarán las acciones necesarias para llevar a cabo cada uno de ellos.

5.- Medición de resultados: Cada uno de los pasos se contrasta con los objetivos marcados. Si alguna de las acciones resulta inadecuada o insuficiente para alcanzar el objetivo, se detecta y se busca una alternativa.

6.- Compromiso de continuidad: Una vez agotado el proceso de coaching, se trazan acciones y hábitos encaminados a consolidar los logros cumplidos o en camino de cumplirse.

Consejos para elegir un buen coach

El coaching es una metodología reciente y, según sus críticos, poco definida. La mayor parte de su eficacia reside en las habilidades del coach que se escoja. Por eso es fundamental asegurarse de su profesionalidad.

Un buen coach ha de ejercer una escucha profunda y activa, formular preguntas pertinentes, reveladoras y estimulantes, comprometerse con los objetivos del coachee y ayudarle a alcanzarlos sin juzgarle en ningún momento.

Es fundamental que cuente con preparación específica en coaching, un requisito que no cumplen todos los profesionales del ramo. La experiencia previa como consultor o psicoterapeuta es interesante, pero no suficiente. Aunque no existen todavía certificados y acreditaciones homologados, es aconsejable escoger un coach que ofrezca referencias de las escuelas donde se haya formado.

[busqueda cursos=»coaching»]

error

¿Te gusta nuestro trabajo? Ayúdanos a darlo a conocer y mantener el sitio gratis :)

RSS1m
Follow by Email570k
Facebook0
Twitter453
LinkedIn334
Share
WhatsApp20